lunes, 13 de enero de 2014

A MODO DE RESUMEN

Con motivo de la convocatoria de la huelga general del 29 de marzo de 2012, escribí un artículo para Nueva Tribuna, diario en el que periódicamente publicaba, pero ese artículo fue censurado y no lo publicaron. Eso puso fin a mi colaboración. Desde ese momento rechazaron todos los envíos que les hice: ¡Viva la libertad de expresión! A partir de entonces decidí cambiar de rumbo, y no volver a elaborar más escritos de ese estilo, anunciando, tal como señalé, “un punto y seguido”. “Punto” por la interrupción impuesta por NT, pero “seguido” porque mi intención era seguir escribiendo, aunque de otra forma y en otro estilo. Sin embargo, el Blog que había iniciado unos meses antes, y el interés de otros diarios por mis escritos, me dieron pie para seguir en la misma línea y continuar así hasta la fecha.
Motivos e ideas no han faltado, ni faltan, para seguir publicando artículos. A veces los “proyectos” se han acumulado, y ha sido necesario tomar notas hasta agotar páginas y páginas, aunque de manera un tanto desordenada. Al día de hoy son varias decenas de artículos los que están pendientes de desarrollo, pero, tal vez (o sea seguro) esos escritos se queden en simples Post de mi Blog. No tengo demasiado interés en compartirlo en las redes sociales. Por cierto, éstas se hacen ineficaces para la comunicación de reflexiones o asuntos tratados con seriedad y profundidad. Las redes, sobre todo Twitter, tan de moda y uso entre políticos y gentes del famoseo, se han convertido en mensajeras de la frivolidad, de la descalificación de otros y de propaganda personal de sus titulares. En ningún caso utilizaré más veces el correo electrónico.

Ahora sí que habrá una inflexión, lo que no quiere decir que lo deje todo. Las razones por las cuales tomo esta decisión intentaré exponerlas a continuación. Tal vez, algunas de las ideas, propuestas o razones, como algunos me han manifestado, se hayan repetido, aunque, en defensa propia, he de decir que en contextos diferentes con títulos distintos.  Ese afán por intentar llegar a la médula, a la causa última, al núcleo del problema, me ha obligado a funcionar en forma de espiral, manejando aquellas ideas preconcebidas, aquellas de partida que me han permitido elaborar un montón de páginas, y las que han ido naciendo a raíz de esa especie de investigación. Tal vez, una lectura rápida y aislada de cada escrito haya llevado al “cansancio” de aquellos que han recorrido el camino junto a mí. Es esta una de las razones, aunque no la principal, por las que tomo esta decisión. Sin embargo, desde este mismo momento quiero agradecer a todos aquellos y a todas aquellas que me han enviado sus comentarios, tanto de apoyo como críticos. La intención de difundir mis reflexiones no ha sido otra que compartirlas con aquellos y aquellas que considero afines con mi pensamiento. Espero que de algo haya servido. Desearía que, antes o después, hayan hecho el mismo recorrido que yo. En el terreno de lo anecdótico (al menos así quiero definirlo) dos personas que recibían mis artículos me pidieron de manera explícita que les eliminara de la lista de receptores. En un caso, sé que mis críticas al sistema y a los políticos (sobre todo al PP) le sacaban de quicio, según sus manifestaciones. En el otro caso, desconozco los motivos.   

La razón fundamental de este giro hay que buscarla en la culminación de un proceso a través del cual he llegado a entender, con meridiana claridad, las claves que justifican este tipo de vida que nos han preparado los que nos han dominado, y los lacayos que les parapetan, así como el poco margen de maniobra para cambiarlo. Tipo de vida, o sistema socioeconómico irracional, injusto e inhumano. Sistema agotado, lo que ha dado origen al desmadre actual, por eso cada vez son más necesarias normas más represivas, como lo es esa ley de seguridad ciudadana en ciernes, por lo que pudiera pasar, porque los poderosos no están dispuestos a "apearse del burro". Ese sistema se ha convertido en un fenómeno con vida propia, pero sin “materia gris”, que no hace fácil la manera de reconducirlo aunque sólo fuera para llevarlo a tiempos pasados donde la producción, la actividad productiva, era la que daba sentido a la organización social. La progresiva desaparición de la relación trabajo-capital (que origina un desempleo galopante) y el surgimiento de un mercado del dinero han dado al traste con aquel razonable, aunque injusto, equilibrio entre ricos y pobres de décadas anteriores. Tan imposible es el cambio a mejor que toda esa proliferación de movimientos sociales, y tantas y tantas manifestaciones, huelgas o, en general, acciones de carácter reivindicativo no tienen eficacia alguna, o una eficacia insignificante y desproporcionada al esfuerzo que se lleva a cabo. Por ser éste un factor de enorme importancia, más adelante, en el último apartado, insistiré en este asunto, aportando algún dato más.

Evidentemente a la hora de ponerme a escribir sobre estas cosas, partía de un ideario, de unas ideas que pretendía compartir con hombres y mujeres de ese sector social en el que me encuentro, o al que yo creo pertenecer. Pero el esfuerzo por llegar a descubrir las razones por las cuales este tipo de sociedades funcionan de esta manera, me ha permitido añadir otras que antes formaban parte de una nebulosa, de unas ideas sin matizar, o que simplemente estaban por descubrir en su totalidad. Por eso, quizás, haya sido yo mismo el receptor más beneficiado de mis artículos.
Sería muy extenso expresar en detalle todo aquello que llevaba en la “mochila” antes de comenzar a escribir estos 72 artículos que he hecho públicos a través de redes sociales, de mi propio Blog, de diarios digitales o a través del correo electrónico. Sólo decir que sin ser un ortodoxo comparto los principios básicos del materialismo histórico. Desde hace bastante tiempo, descubrí que la “historia de la humanidad es la historia de la lucha de clases”. Que el deseo de dominio, y su puesta en práctica, ha sido el eje en torno al cual se han establecido las relaciones sociales. Que el poder y el miedo caminan en relación inversa; que el miedo es una de las armas más poderosas de los que dominan para mantener su situación de privilegio. Que la democracia, este amago de democracia, es una estrategia del poder económico para contener a las masas. Que el parlamentarismo en un sistema como este es una fachada burguesa para la dominación de clase. Que los gobiernos “títere” se convierten en el gabinete de gestión de la clase dominante. Que las leyes son un instrumento en manos del poder para controlar y reprimir a la “plebe”, de su aplicación escapan los corruptos y los estafadores. Y tantas otras cosas que excluyo porque están recogidas en los artículos anteriores y en algunos de los textos más amplios, que están publicados en páginas de Internet.

A pesar de ser un simple aficionado, sin apenas trayectoria literaria (o lo que por tal se entiende), he utilizado varios estilos para describir mi pensamiento. El estilo periodístico, el ensayo, el relato/cuento, los aforismos, los silogismos y los axiomas han sido algunas técnicas que han dado forma a mis artículos. La verdad es que, desde el rigor y el compromiso,  me he divertido, y pienso seguir divirtiéndome.

Por último, recojo algunos párrafos que me parecen significativos. Por simple elección, se centran en la inquietud por encontrar las causas por las que los hechos y los acontecimientos trascurren de esta manera, en la necesidad de emplear un método o una herramienta para el análisis y en algunos de los descubrimientos que han ido apareciendo a lo largo de toda esta trayectoria.

La búsqueda de la causa última, o el origen de todos nuestros “males”
En ese afán por descubrir los motivos por los que esta especie ha llegado a la actual situación, escribí esto:
“Quienes intentamos poner algo de luz, y combatir la manipulación y la mentira, abordamos el análisis y la denuncia desde todos los ángulos posibles, procurando acercarnos lo mejor que podemos a la realidad que vivimos, y a sus causas. Pero, tal vez, ese esfuerzo no permita nunca hacer ese diagnóstico preciso que el autor desearía. Quizás ocurra como en matemáticas con el asunto de las asíntotas: la función sólo se une con la asíntota en el infinito. Es difícil dibujar con precisión el panorama actual, describir el proceso por el que hemos llegado hasta aquí o descubrir la causa última que ha dado lugar a los desatinos que ahora nos acosan. Aunque se profundice en todos esos factores, e, incluso, se llegue a un pronóstico, siempre quedará la duda de si hemos acertado. Para darle seriedad al análisis es conveniente huir de la simple opinión, y trabajar con un soporte científico más riguroso”. http://ajgilpadilla.blogspot.com.es/2013/03/aunque-cueste-asumir-la-realidad.html

La necesidad de un método para razonar o inferir
Para llevar a cabo un examen serio de todas esas dimensiones (estudio o examen riguroso del sistema, o otras) es imprescindible una herramienta, un método que permita razonar e inferir con rigor. Es necesaria una verdadera,  y particular, “tecnología” de la información, de la comunicación y del estudio de sociedades como la nuestra.
(...)
 En mi caso, el método, a la hora de escribir,  se basa en la observación, el análisis y el razonamiento inductivo, tres capacidades que hay que poner en marcha cada vez que aparece una idea o un acontecimiento dignos de ser tratados. Por una parte, mediante el análisis del actual sistema, por ejemplo, es posible descomponerlo en las diferentes estructuras que lo configuran, buscando las causas que originan los comportamientos o hechos que se producen en cada caso. Además, para hacer un pronóstico, es necesario observar la situación actual, su evolución desde un tiempo atrás y comprobar, de forma razonada, si hay o no hay elementos que puedan modificar esa evolución

La razón, o causa última
Ya en los primeros apuntes o notas que iba tomando hace años, y que formalicé en “En los límites de la irracionalidad”, aparecía la inmadurez de nuestra especie como la causa última por la que hemos llegado a esta situación de desigualdad, injusticia y, en suma, de sin razón. http://www.bubok.es/libros/193055/EN-LOS-LIMITES-DE-LA-IRRACIONALIDAD-analisis-del-actual-sistema-socioeconomico, como algunos saben es un trabajo de análisis en el que la inmadurez intelectual es la pieza central del texto.

(…) la codicia es el resultado de una sucesión de causas que enraízan en la propia naturaleza de nuestra especie. Esa codicia, ese afán de enriquecimiento, surge del miedo y de la inseguridad que nace de la pobreza humana que, a su vez, es fruto de la inmadurez intelectual. En orden inverso, la sucesión, de origen a final, es la siguiente: inmadurez intelectual-pobreza humana-miedo e inseguridad-codicia.
Cabe establecer otras escalas para justificar otros comportamientos como son la aceptación incondicional de la mentira, la confusión entre lo que se desea y lo que es posible, la insolidaridad, la ausencia de conciencia, el maltrato medioambiental y el de los animales, etc. Pero la causa final siempre es la misma.

Algunos descubrimientos, fruto del análisis de algunos años
A lo largo de todos estos escritos, tomando el estado actual del sistema como elemento central del análisis, he ido descubriendo algunas de las razones por las que las cosas han trascurrido de la manera que lo han hecho. A título de ejemplo:

a) Principio y fin del estado de bienestar:
Ese estado de bienestar del que ha “gozado” una buena parte de la sociedad ha tenido lugar en el punto álgido de la actividad productiva, por el exceso de ganancia de la clase dominante, llevando a cabo una serie de concesiones que permitían mantener a los patronos la necesaria estabilidad para poder seguir enriqueciéndose, y, además, mejorar la formación y salvaguardar la salud de los trabajadores, tratándoles a estos como pura mercancía. No nos engañemos, el esfuerzo e, incluso, el sacrificio de los más luchadores han obtenido un rendimiento limitado, sin despreciar de forma rotunda su eficacia.
(…)
Ahora, cuando el sistema se va trasformando, y el capital no requiere apenas fuerza de trabajo, no es necesario mantener esos servicios porque a los poderosos no les importa la salud y la formación de amplios sectores que antes tenían fácil acceso a ellos.

b) La sociedad asume de forma incondicional que el empleo es cosa de particulares.
La desigualdad entre unos y otros individuos de una misma sociedad es un hecho irracional de orden superior. El principal motivo por el cual esto es así se debe a la aceptación incondicional de que son unos cuantos, los patronos, los únicos que pueden generar el empleo de una masa trabajadora. Este es uno de los hechos más aberrantes porque el objetivo de esos “empleadores” no es otro que su propio enriquecimiento personal.

c) La ineficacia de los movimientos sociales
En varios artículos o Post de mi Blog se justifica la ineficacia de tantas y tantas acciones que se están llevando a cabo a lo largo del territorio. Sin embargo, en ninguno de ellos hemos indicado, de forma concreta, que hay dos acontecimientos por los cuales esas acciones no surten efecto: En el terreno histórico el derrumbe de la URSS.; en el de la ignorancia, la creencia en el falso modelo político. Los Gobiernos se legitiman con las urnas. La pérdida del miedo al contagio y la farsa de esta “democracia” han dado lugar a una pseudo estabilidad social que impide cualquier tipo de trasformación. A la ineficacia de los movimientos sociales le he dedicado un artículo completo, además de múltiples referencias en otros: http://ajgilpadilla.blogspot.com.es/2013/02/por-que-las-acciones-que-hoy-dia-se.html




martes, 7 de enero de 2014

UNA FORMA DE VIDA BASADA EN LA IRRACIONALIDAD, LA MENTIRA, EL ABSURDO, EL MIEDO Y LA CONFUSIÓN


La razón, la racionalidad o el razonamiento, es una facultad humana cuyo adecuado uso  nos debiera distinguir de otras especies. Sin embargo, la razón, al contrario de lo que pareciera natural, en las últimas décadas, ha ido perdiendo, de formas progresiva, sus verdaderas señas de identidad, tanto en la propia expresión verbal como en su puesta en práctica,  hasta alcanzar aquello que pretendían quienes siempre han estado más mermados de ella: los límites de la sin razón o de la irracionalidad. Ahí nos encontramos sin que se vislumbre un repunte de ese estado de anorexia intelectual que padece gran parte de los individuos que conviven en sociedades como esta nuestra.
El maltrecho término razón ha sido tan castigado que en psicología se dice que es un “error cognitivo” el hecho de querer tener siempre la razón. Peor aún en psiquiatría: “tener razón” está considerado como un tipo más de neurosis. Evidentemente el error cognitivo y el querer tener razón son dos deformaciones, con el mismo origen, del verdadero uso de esa potencial facultad.
Por un lado, los movimientos revolucionarios o la izquierda formal proclaman la justicia y la igualdad, pero nunca se han preocupado de reivindicar la racionalidad, o de luchar contra la sinrazón establecida para beneficio de unos pocos. Por otro, la “intelectualidad formal u oficial”, los “expertos” o los voceros que, día tras día, nos castigan en los medios de comunicación, tal vez por carecer de ella, jamás han hecho uso de esa capacidad, siendo sustituida por la conjetura, la opinión sin fundamento, el disentimiento improvisado, el vano comentario o el “yo creo”, despreciando el pensamiento crítico y constructivo, el debate serio o el análisis hecho con rigor, fruto, todo esto, del correcto uso de la razón.
De esta manera se ha ido fraguando una forma de vida contraria a lo racional por cuyo motivo el miedo, la mentira, la confusión o el absurdo se han apoderado de amplias capas sociales. Parafraseando a K. Marx, cuando anunciaba que "no es la conciencia la que determina la vida, sino la vida la que determina la conciencia", pensamos que es la forma de vida la que determina los valores y el uso de las capacidades intelectuales -y, por supuesto, también la conciencia- de los individuos que forman una sociedad.
De esta manera, esa sociedad se hace conservadora y asume y admite cualquier cosa que emane de los centros u órganos de poder. En las páginas 45-46 de http://www.bubok.es/libros/193055/EN-LOS-LIMITES-DE-LA-IRRACIONALIDAD-analisis-del-actual-sistema-socioeconomico, se recoge una relación de algunos hechos irracionales aceptados, expresados con carácter universal.

En lo concreto
Por su importancia o actualidad, quiero hacer mención ahora a situaciones irracionales concretas que se derivan de algunos de esos hechos aceptados. La desigualdad entre unos y otros individuos de una misma sociedad es un hecho irracional de orden superior. El principal motivo por el cual esto es así se debe a la aceptación incondicional de que son unos cuantos, los patronos, los únicos que pueden generar el empleo de una masa trabajadora. Este es uno de los hechos más aberrantes porque el objetivo de esos “empleadores” no es otro que su propio enriquecimiento personal. Otro elemento de desigualdad es la aceptación del enriquecimiento de elementos que el propio sistema utiliza para embrutecer a las masas. Se trata de los sueldos de deportistas, actores, cantantes, banqueros, gestores de fondos, etc., haciendo bueno el principio de la instrumentalización según el cual a cada individuo o a cada grupo social le corresponde una asignación monetaria, o una recompensa, que es función de la posibilidad de instrumentalización que el sistema puede hacer de él para alienar o adormecer o, en suma, para mantener o incrementar la situación de desigualdad entre ricos y pobres. Hace poco me llegó el mensaje en el que decía  que el programa más visto de TV en nuestro país es “Sálvame” (de Telecinco), el libro más vendido el de Belén Esteban y el disco más vendido el del hijo de la Pantoja (alias “Paquirrín”). Y perdón por la vulgaridad, pero la cosa es así.
A ello hay que sumar la creencia de que los “males” que aquejan a este tipo de sociedades lo pueden remediar los políticos, sin que se indague lo más mínimo en la función encomendada por el poder económico a esta casta o sector privilegiado.
El deterioro colectivo de la razón, como capacidad básica, es tan elevado que se ha eliminado por completo la posibilidad de reacción ante casos de inmoralidad y corrupción tales como el que afecta a la familia real, al partido en el gobierno o a algunos dirigentes empresariales. Los individuos se convierten en meros espectadores cuando los medios ofrecen información de estos asuntos, es como si se tratara de una simple retransmisión deportiva. La información, sea de lo que sea, es totalmente “fungible”: se consume, se esfuma…
Lo que se nos muestra día a día en los medios no requiere explicación, ni siquiera interpretación. Es un esquema claro y evidente del funcionamiento de este modo de vida, pero la anestesia es tan brutal que se pueden permitir contar los acontecimientos de la manera más descarnada posible.
Llegados a este punto, la intervención de los más inquietos ya nada puede conseguir para mejorar lo que vivimos. El fenómeno ha adquirido tal volumen que nos encontramos a la deriva, sin rumbo; ni los que dominan saben como salir de tal situación. ¿Será el determinismo, y solo él, el protagonista de los posibles cambios que puedan acontecer en el  futuro?

Una nota de esperanza
Sólo en las mentes de unos pocos se ubica una forma de vida diferente, basada en el ejercicio de la razón. Una vida en la que la represión, el miedo y la mentira no sean los pilares fundamentales de la convivencia. Un mundo sin dominados y dominadores. Una vida sin desigualdad extrema. Una forma de reparto del trabajo organizada desde los órganos centrales de una administración compartida por todo el pueblo. Un modelo político radicalmente opuesto al vigente en esto que llaman “democracia”. Un modelo educativo que nada tenga que ver con lo que tenemos, que permita el desarrollo intelectual y no la inútil adquisición de contenidos. Un modelo cultural participativo, y no una industria o un comercio en los que los ciudadanos son meros espectadores, y unos cuantos se enriquecen. Una sociedad en la que desaparezca la inseguridad y la incertidumbre, en la que los comportamientos cívicos y solidarios no requieran de normas o leyes represivas. ¿Cuánto tiempo tendremos que esperar para que este pensamiento se generalice, o que al menos sea un sueño? Freud pensaba que los sueños son la antesala de la realidad futura. Sería preferible que fuera el ejercicio de la razón de los humanos el que propiciara un cambio a mejor, y no las leyes de carácter casual o mecánico.